Calendario
ApúntateCategorías
Archivos
Sindicación |
La triple fuga certificó la muerte política de Aníbal Fernández
Por Jorge D. Boimvaser - 14 de Enero, 2016, 15:21, Categoría: Opinión
Del Averno del que nadie resucita. Cuando María Eugenia Vidal le hizo morder el polvo de la derrota,
el quilmeño entró en una depresión a la que después se sumó Daniel Scioli.
Ambos se aborrecen y posiblemente se pasarán facturas varias de aquí en más. Aníbal Fernández habló después de la derrota, pero su voz aún
mantenía cierto reflejo que le es característico. Altanero, confrontador y algo
así como “voy por la revancha”. Igual que esos boxeadores que pierden un
combate pero piden otra oportunidad. Se nota cuando
habla de que vive empastillado, Rivotril o esos ansiolíticos que dejan una
lentitud en la lengua y el paladar que es inconfundible en quien baja dos
cambios de golpe. Pero después de la fuga y captura de los tres criminales, el
golpe para Fernández fue total y definitivo. Son esos golpes de los que no se
regresa nunca más. Pero no es un personaje que se va a quedar de brazos
cruzados. Y tiene un blanco en la mira de quien conoce todos sus trapos sucios
y más aún. Cuando
Fernández habla metafóricamente de que le dispararon “fuego amigo”, no lo dice
ni por Scioli ni por Julián Domínquez. Lo dice por Cristina Kirchner, cuya mano
y billetera estuvieron detrás de aquella entrevista en la que el Lanatta con
doble T, le contó al Lanata con una T lo de la red mafiosa de narcotráfico cobijado
bajo la égida quilmeña. En algún
momento, Aníbal Fernández les decía a ciertos operadores de la vieja SIDE que
hicieran correr la versión de que “la morsa” no era él, sino que se trataba de
Alejandro Granados. Por portación de bigote, el ex Ministro de Scioli se ligaba
un sanbenito que no le correspondía. Pero ya queda
claro quién es quién. Nos dicen que Cristina Kirchner celebra la caída de
Aníbal Fernández y también la de Scioli. Pero más celebra que la sociedad le
firmó el certificado de defunción al Fernández de Quilmes. No lo decimos
nosotros, lo dice el mismo “Barba” Gutiérrez -ex intendente quilmeño- a
quien la sombra de Aníbal Fernández también lo terminó llevando a la derrota. ¿Por qué
Cristina Kirchner está tan feliz como el mejor Riquelme? Porque la viuda de
Néstor Kirchner nunca le perdonó a Aníbal Fernández que comenzara con armar un
proyecto presidencial para dentro de cuatro años, sin siquiera preguntárselo ni
anunciárselo. Oscar Parrilli fue quien le dijo a la entonces Presidente que
Aníbal Fernández se cortaba solo. Los socialistas
santafecinos le pasaron una vieja factura, haciéndolo quedar en ridículo cuando
tuiteó que los tres prófugos estaban atrapados y sólo había caído Martín
Lanatta. Chau, Aníbal,
nos vemos en Tandil el 12 de marzo, cuando toque allí el Indio Solari. Después,
cada uno seguirá en lo suyo; pero este hombre a la política no vuelve más. Por Jorge D. Boimvaser
|