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Lo niegan, pero Bogado se movía como espía
Por Hernán Cappiello - 23 de Enero, 2015, 0:56, Categoría: Opinión
Allan Bogado, el hombre que el
Gobierno desconoce como agente de Inteligencia y
al que la denuncia del fiscal Alberto Nisman
ubica en el centro de un plan para exculpar a Irán por la AMIA, trabaja desde
hace años en el kirchnerismo como espía. Así lo confirmaron funcionarios del
Gobierno que trataron con este camporista misionero para analizar detalles de
operaciones de inteligencia, manifestaciones o casos policiales. Bogado,
que decía responder al desplazado director de Operaciones de la ex SIDE,
"Jaime" Stiusso, confió a sus amigos, según publicó Clarín, que se
presentará a la Justicia cuando lo cite Ariel Lijo, porque teme por su vida. El
juez dispuso ayer que lo custodien con celo, lo mismo que al ex juez Héctor
Yrimia, a quien Nisman también implicó en el plan de impunidad para Irán. Entrador,
simpático, se lo identificaba como el que lleva y trae información, dijeron
funcionarios del Gobierno que lo trataron. En
algunos de esos encuentros, se sentó a la mesa como espía, en cónclaves con
otros dos agentes de indiscutible pertenencia a los servicios de inteligencia. En
otras ocasiones, la organización Quebracho lo buscó para interceder ante la
policía para liberar a alguno de sus militantes encapuchados presos tras una
violenta protesta callejera.
Tiene
acceso a la Casa de Gobierno, intensa actividad en organizaciones sociales y
suele presentarse como un empleado de "la Casa", como los espías
llaman a la Secretaría de Inteligencia. Bogado,
de 44 años, es misionero y fue mencionado en la denuncia de Nisman como el
agente de Inteligencia de Presidencia que mantenía el contacto con el supuesto
mensajero proiraní Alejandro Jorge "Yussuf" Khalil, a quien el fiscal
le enrostró pasar información sobre la presidenta Cristina Kirchner. El agente
que trabajaba para Irán pasaba luego esos datos al ex agregado cultural de la
embajada de Irán en la Argentina, Mohsen Rabbani, de acuerdo con las escuchas
telefónicas transcriptas en la denuncia judicial. El
secretario de Inteligencia, Oscar Parrilli -en una comunicación oficial
destinada al juez Lijo- desligó a Bogado de su organismo: "No pertenece,
ni ha pertenecido, ni como personal de la planta permanente, ni contratado de
Gabinete, ni personal transitorio", escribió el funcionario. El
Gobierno informó que lo denunció en noviembre por tráfico de influencias y que
en una causa por extorsión la Secretaría informó a un Tribunal Oral Federal que
Bogado no integra sus filas. Inorgánico,
buchón, asimilado, su estatus era un misterio para quienes lo trataron.
Nisman dijo a sus allegados que creía que a Allan -tras el recambio en la SI-
lo habían ascendido a jefe de la base Estados Unidos. Nisman lo identificó como
perteneciente a La Cámpora y relató que en una escucha Bogado dijo que tenía
que asegurarse que una columna de la agrupación estuviera en primera fila, en
un acto de Cristina Kirchner. Trabajó
en la Triple Frontera, donde intervino en la investigación de las amenazas que
denunció haber sufrido la Presidenta por parte del grupo terrorista Estado
Islámico.De
trato constante con políticos, se jactaba de tener llegada con jueces. Operó
con periodistas cuando se produjo el asesinato de Pedro "el Lauchón"
Viale, uno de los agentes fierreros de la patota de Stiusso en la base Estados
Unidos. "El
Lauchón", un callejero operativo que casi nunca se alejaba de su Glock,
fue asesinado a tiros el 9 de julio de 2013 por el grupo Halcón de la policía
bonaerense, en un allanamiento en su quinta de La Reja, que los hombres de
Stiusso siempre consideraron una ejecución. Bogado,
que eligió como avatar de WhatsApp el rostro de Juan Domingo Perón, tenía
acceso a Parrilli, aun antes de que el ex secretario general de la Presidencia
fuera designado al frente de la Secretaría de Inteligencia, dijo a la nacion un
funcionario que conoce a ambos. Se
movía como el catalizador, capaz de unir el mundo del crimen, de los jueces y
los policías con el de la política donde se movía con aires de influyente.
Hacía gala de tener información de casos policiales que luego se corroboraban
en los expedientes. Era
conocido en el kirchnerismo por sus vínculos con organizaciones sociales como
Quebracho. Ayer, el líder de la organización, Fernando Esteche, imputado en la
denuncia de Nisman como parte del plan para encubrir a Irán, explicó que lo
conoce a Bogado. "Me lo presentaron en mis discusiones con el oficialismo
cuando estaba discutiendo la condena que se me planteaba. Me sentaron con
distintas personas, él estaba a cargo de la cuestión judicial mía por parte del
Ejecutivo", dijo Esteche, que fue condenado por escrachar un local del ex
gobernador neuquino Jorge Sobisch. Esteche
admitió que le pidió apoyo al kirchnerismo, pero que al final fue preso igual.
Pasó un año en el penal de Ezeiza y está en libertad condicional. "En una
reunión estaba Bogado y estuvo en carácter de jefatura de Gabinete",
recordó. "Es un cuento",
dijo Yrimia. El ex juez y ex fiscal de la
causa AMIA Héctor Yrimia, uno de los señalados por Alberto Nisman de participar
del supuesto plan de encubrimiento, sostuvo que la demanda está
"novelada". "Está sacada de un cuento", dijo a Radio Del
Plata. Sobre sus vínculos con el resto de los acusados, reconoció relación con
algunos. De Allan Bogado, señalado como espía aunque la SI lo negó, admitió
conocerlo de "la cancha" (Vélez) y por ser "cliente" de su
estudio. De Fernando Esteche, líder de Quebracho, dijo haberlo tratado en una
oportunidad no muy grata: cuando le hizo un piquete en la puerta de Tribunales
y estuvo a punto de ponerlo preso, según describió. Por Hernán Cappiello
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