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Alteran datos oficiales de The Old Fund para proteger a Boudou
Por Hugo Alconada Moon - 18 de Agosto, 2014, 21:35, Categoría: Corrupción - Violencia
El robo del legajo de The Old Fund -
Dos meses después de que estallara el caso Ciccone,
en febrero de 2012, manos anónimas robaron de la Inspección General de Justicia
(IGJ, dependiente del Ministerio de Justicia) el legajo original de The Old
Fund, el misterioso fondo que se quedó con la imprenta y que era liderado por
Alejandro Vandenbroele, presunto testaferro de Amado Boudou. Un mes más tarde, el
organismo dio por completada su "reconstrucción", pero los documentos
y registros que se usaron para hacerlo, tienen por lo menos una docena de
indicios sobre su falsedad, según surge de copias de libros societarios que se
cotejó durante los últimos tres meses. Los indicios se centran
en los accionistas, los apoderados y algunas firmas, fechas y domicilios de
quienes aparecen en The Old Fund, como también en los sellos y los folios de
seguridad que la IGJ debe adosar a ciertos documentos para certificar su
autenticidad. Así, si la información reconstruida no es la que constaba en el
documento original, una pregunta queda en el aire: ¿qué datos o nombres
sensibles había en aquel legajo? Las inconsistencias más
evidentes son las fechas. Entre otros motivos, porque Vandenbroele, único
rostro visible de The Old Fund, se presentó ante una escribana para certificar
una asamblea de ese fondo sólo el 28 de febrero de 2012, tres semanas después
de que estallara el escándalo aun cuando esa asamblea, en teoría, había
ocurrido dos años y medio antes. Ese 28 de febrero -un
día antes de que comenzara la defensa pública de los implicados por medio de
una solicitada también cuestionada en la Justicia-, Vandenbroele le pidió a la
escribana Gabriela Antoniazzi que certificara la asamblea del 1° de septiembre
de 2009, en la que se informó que el propio Vandenbroele asumía como
"presidente" de The Old Fund. Los libros societarios
muestran, sin embargo, que Vandenbroele figuró no como presidente, sino como
"accionista" de la firma y así permaneció durante meses, hasta que el
fondo holandés Tierras International Investments irrumpió como accionista de la
firma en la asamblea de, en teoría, el 15 de marzo de 2010. El registro de esta
asamblea muestra sus propias irregularidades. La fecha en que se celebró
aparece tachada en el libro y sobrescrita en "abril" de ese año. Pero
ni siquiera concluyeron así los vaivenes. Porque en esa asamblea también se
resolvió cambiar la sede de The Old Fund al estudio del abogado (y ex inspector
de la IGJ) Albert Chamorro Hernández, que recién se inscribió en ese organismo
el 22 de diciembre de 2010 con otro error crucial: las fechas informadas a la
IGJ tampoco coinciden con las que aparecen en los libros. Ni con la fecha
original (marzo de 2010) ni con la sobrescrita (abril de ese año) Por entonces, el
desembarco de The Old Fund en la ex Ciccone aún no había comenzado. Pero el
cuestionado "asesoramiento" al gobierno de Formosa ya había
fructificado. El entonces ministro de Economía, Amado Boudou, firmó una
"adenda" clave el 11 de marzo y Vandenbroele embolsó $ 7.600.000 el
21 de mayo. Para acrecentar las
sospechas sobre la autenticidad de los libros de la sociedad, Vandenbroele sólo
los entregó a la Justicia en junio de 2012 -cuatro meses después de estallar el
escándalo- y, según se verificó, las anotaciones en dos de esos libros las
volcó una imprenta de la calle Reconquista al 500 de Buenos Aires, en lugar de
la que hasta ese entonces se había utilizado, sobre Uruguay al 400. El problema es que la
imprenta de la calle Reconquista sólo abrió sus puertas a fines de 2011 y se
registró ante la AFIP a principios de 2012, según se constató, por lo que pudo
cumplir su labor cuando el "caso Ciccone" ya llevaba semanas en la Justicia
y los medios de comunicación. Al entregar a la
Justicia los libros societarios de The Old Fund, además, Vandenbroele no
presentó uno clave: el de "depósito y asistencia de asambleas". Sólo
aportó una copia en papel suelto de una sola asamblea, acaso la más relevante y
cuestionable de todo el legado reconstruido: la que ocurrió el 29 de octubre de
2010. Ese día, apenas 48
horas después de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, se modificó el
control de The Old Fund: se retiró el accionista minoritario Sergio Gustavo
Martínez -amigo de José María Núñez Carmona y prófugo de la justicia de Estados
Unidos-, mientras que el fondo holandés Tierras International Investments pasó
a repartirse la sociedad por mitades con la firma uruguaya Dusbel SA. Beneficiario
final - La irrupción de
Dusbel -con acciones al portador, pero con Vandenbroele como "beneficiario
final", según consta en los registros uruguayos-, acumula sus propias
irregularidades. Se inscribió en la Inspección General de Justicia recién un
año después, es decir, en octubre de 2011, pero ese trámite se perdió y la
copia que Vandenbroele presentó en el Juzgado Contencioso Administrativo
Federal n° 5, incluye un folio de seguridad que carece de los hilos o
"pelos" que, como en el papel moneda, certifican su autenticidad. La desplazada titular
del Registro Nacional de Sociedades, Silvina Martínez, no descarta que se haya
antedatado el arribo de Dusbel. "¿Esa firma uruguaya realmente pasó a
controlar la mitad de The Old Fund en octubre de 2010? El dato resulta
llamativo, ya que el trámite de la IGJ se «perdió» y el libro pudo haber sido
copiado meses después -estimó-, mientras que la documentación en poder de la
sociedad es de dudosa autenticidad." Alejandro
Vandenbroele, titular de The Old Fund
- El presunto testaferro de Amado Boudou, habría recibido
protección desde el organismo que tiene a su cargo la responsabilidad de
fiscalizar las sociedades. Por Hugo Alconada Mon
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