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Cada vez más curas abandonan la Iglesia
Por Armando Maronese - 23 de Febrero, 2014, 20:44, Categoría: Opinión
Pienso que dentro de no
mucho tiempo, la Iglesia Católica se quedará con muy pocos sacerdotes y religiosos. Yo hago una diferencia entre
ellos, pero todo depende de la formación de cada individuo: Religioso: El que se dedica a la orientación y enseñanza. Cura: el que se dedica a la cura (cuidado) de las almas. Sacerdote: el que ha recibido el sacramento de la Ordenación sacerdotal, es decir el ministerio de Cristo, según el rito católico. Párroco: el sacerdote que se le asigna el cuidado
y administración de una parroquia. Si hablo de los religiosos,
puedo dar como ejemplo la congregación de los Hermanos Maristas en la
Argentina. El notable colegio que poseen en la ciudad de Mar del Plata ya no
tiene Hermanos Maristas, ni siquiera uno sólo para cuidarlo y en verano está
cerrado. En invierno lo rigen laicos. La razón de todo esto
es difícil, pero me inclino a pensar que responde al celibato de los mismos. Pero
no sólo pasa en Argentina, sino en todo el mundo y es notable. En
Córdoba, por ejemplo, en los últimos cinco años se fueron más de 20 sacerdotes y
el Arzobispado de Córdoba ordenó 13 curas diocesanos. Este año ingresaron sólo
cinco aspirantes al Seminario Mayor y en total hay 16. Si hiciéramos el ejercicio de analizar la carencia de vocaciones sacerdotales en función de convocatorias religiosas multitudinarias, como la que generó la beatificación del cura Brochero en Traslasierra, el año pasado, o la que despierta cada año la peregrinación a la Virgen de Lourdes en Alta Gracia, hay algo que no encaja.
Si eventos como esos son capaces de reunir a tantos fervorosos fieles católicos ¿Por qué eso no se traduce en más ordenaciones sacerdotales o en más aspirantes en los seminarios?
En este contexto, incluso, podríamos mencionar el impulso religioso que da el hecho de tener un Papa argentino. Pero es evidente que el camino que conduce a las ordenaciones sacerdotales o religiosos va en otra dirección.
En 2008, en el Seminario Mayor de Córdoba se encendió una luz roja: en aquel año ingresó un solo aspirante a ser sacerdote. El pronóstico en ese momento era que iban a quedar parroquias sin ellos. Seis años después, en efecto, eso fue lo que sucedió. Aunque, en realidad, lo que ocurre es que un sacerdote debe hacerse cargo de oficiar en más de un templo.
Este año, la institución formadora de sacerdotes recibió apenas a cinco aspirantes. La cifra preocupa. Por un lado, porque no todos ellos llegarán finalmente a ser ordenados, al cabo de ocho años de formación. Además, unos cuatro presbíteros dejan los hábitos cada año en Córdoba, cifra que habría que sumar a la de aquellos que por cuestiones de edad se retiran.
Según la estadística que maneja el denominado “Grupo de la Cripta”, que agrupa a sacerdotes y ex sacerdotes católicos, en la última década al menos 30 dejaron los hábitos, nueve entre 2012 y 2013. Algunos de ellos se fueron de manera formal, solicitando una dispensa papal; otros, en cambio, simplemente se alejaron de la vida religiosa.
Según datos del Arzobispado de Córdoba, entre 2009 y 2013 se ordenaron 13 curas diocesanos y 16 religiosos. La distinción es importante, ya que sólo los curas diocesanos van a ministrar en una parroquia. Los religiosos, en cambio, pertenecen a las órdenes, como los salesianos o los franciscanos, y tienen otras funciones inherentes a su hermandad.
Preocupación global - El fenómeno de la crisis en las vocaciones sacerdotales es una preocupación global de la Iglesia Católica. Es más que evidente que las condiciones del mundo actual no favorecen la “producción” de sacerdotes.
En el quinquenio 2008-2012, según publicó la Agencia Informativa Católica Argentina (Aica), la Congregación para el Clero, el organismo del Vaticano que se ocupa de todos los sacerdotes del mundo, concedió 1.188 dispensas de las obligaciones sacerdotales y 130 dispensas del diaconado. Esto sin contabilizar a los que se fueron sin pasar por ningún proceso del Derecho Canónico.
El celibato es una de las cuestiones con las que muchos jóvenes con vocación religiosa no están dispuestos a comprometerse. Y de hecho, es una de las principales causas de deserción. Incluso, la Iglesia Católica es reacia a propiciar la condición de curas casados.
El Arzobispado de Córdoba conoce todas las dificultades que hay que sortear, pero hace ya más de dos décadas que no quiere formar curas a cualquier precio. La Iglesia Católica, en general, espantada por los casos de sacerdotes pedófilos o abusadores, busca garantizar que sus pastores no se transformen en los lobos de sus rebaños.
Daniel Blanco dejó este año de ser el rector del Seminario Mayor de Córdoba. Su gestión duró 12 años y ahora volvió a una parroquia. No le gustan las palabras “deserción” ni “reclutamiento” de jóvenes en los seminarios. “Hablamos, en cambio, del discernimiento que tanto el joven seminarista cuanto sus formadores tienen que realizar, dice.
Este discernimiento es complejo y requiere que la persona se conozca a sí misma, que sea consciente de las entregas (los ‘sí’) y las renuncias (los ‘no’) que implica la vocación sacerdotal; que considere serena y lo más objetivamente posible las motivaciones profundas que lo animan”.
Según Blanco, “todo esto supone
tiempo, procesos, mucha oración, reflexión, diálogo, confrontación... Un
muchacho entra al Seminario porque quiere ser cura; a medida que profundiza en
el discernimiento, con la ayuda de sus formadores, puede ser que confirme
aquella intuición inicial o que descubra que el camino que Dios le propone es
otro. Lo importante no es ‘sacar curas a toda costa’, sino que cada muchacho
descubra y secunde el proyecto de Dios para su vida. Por todo esto, es completamente
normal y previsible que unos cuantos –a veces más a veces menos–, dejen el
Seminario para seguir a Cristo por otros caminos”. Para Adrián Vitali, uno de los ex curas
más críticos de la formación sacerdotal, “la oferta que hace la Iglesia
Católica no está conectada con el mundo moderno. Quiere volver medievales a sus
curas y fieles. Antes entrábamos al Seminario como jóvenes entusiasmados,
sensación que iba quedando en el camino. La Iglesia tiene un sentido
absolutamente sacramentalista: si no hay confesión o comunión, no hay Iglesia.
Y lo que el mundo demanda hoy es otra cosa. La paradoja es que la Iglesia forma
sacerdotes y después no los cuida; los termina expulsando”, señaló. Pero cada
año, muchos curas dejan los hábitos. La renuncia del ex
presidente de Cáritas en el año 2012, vuelve a mostrar cuánto genera en el
Catolicismo el celibato y cómo pesa descubrir el doble discurso y la doble
vida. El ahora ex obispo
Fernando Bargalló, de 57 años de edad, fue fotografiado en una playa mejicana
con María de las Victorias Teresa Martínez Bo, una mujer de 55, muy adinerada
madre de tres hijos y muy bajo perfil. Cuando estalló el escándalo, ella borró
su cuenta de Facebook y habría cambiado de celular. Todo por la sensación de
escándalo que salpicó a partir de la aparición de las fotos en los medios
masivos de comunicación a toda la estructura de la Iglesia Católica. El enamorarse o al
menos el deseo de tener una esposa y contar con una familia, es la principal
causa de renuncia al sacerdocio en la Argentina y en todo el mundo. Muchos podrán decir que
no es el enamorarse lo que los lleva a renunciar sino más bien el ser
descubiertos, pues la doble moral, el doble discurso o la doble vida pega en la
base de uno de los dogmas del catolicismo: el celibato en los sacerdotes. La
prohibición del sexo. La cuestión del
celibato o mejor de su incumplimiento,
volvió a quedar en el tapete en el año 2012 luego de que se conocieron fotos
del obispo de Merlo-Moreno y ex presidente de Cáritas Argentina, Fernando
Bargalló, con una mujer en una playa mejicana, en situaciones afectuosas. Si
bien inicialmente Bargalló negó un romance y dijo que la mujer es “una amiga de
la infancia” y, en ese contexto, debían interpretarse las imágenes, finalmente
aceptó el vínculo amoroso ante todos los sacerdotes de su diócesis e
inmediatamente fue a la Nunciatura (embajada vaticana) a elevar su renuncia al
Papa. La situación en la que
quedó envuelto Fernando Bargalló causó gran revuelo en los medios religiosos,
sobre todo por tratarse de un obispo. En los últimos años hubo varios casos
resonantes de curas enamorados, pero protagonizados por sacerdotes. Hay que irse 45 años
atrás para encontrar un romance que involucró a un obispo: el de Avellaneda,
Jerónimo Podestá, pero con características diferentes. Bargalló gozaba de gran
prestigio entre sus pares y, si bien la Iglesia hoy es comprensiva con aquellos
curas que se enamoran y solicitan dejar los hábitos, critica con fuerza la
“doble vida”. Hace casi 45 años era
separado de la diócesis de Avellaneda el recordado monseñor Jerónimo Podestá,
objetado por tener una relación sentimental con su secretaria, Clelia Luro,
aunque lejos de las vacaciones cinco estrellas que se estaba permitiendo el ex
titular de Cáritas (el grupo católico responsable de las principales colectas
para los más pobres), Podestá formó una pareja después de que él fuera sacado
del Obispado y hasta el momento de su muerte fue un hombre que siguió
trabajando con sectores necesitados del Gran Buenos Aires, y viviendo en una
humilde casa. La tendencia en el mundo - Los datos que
se bajaran en los medios católicos, señalan que entre 1964 y 2004 dejaron el
ministerio 69.000 sacerdotes (el mayor drenaje fue tras una crisis derivada del
Concilio Vaticano II, que terminó en 1965). Mientras que entre 1970 y 2004
volvieron 11.213. Si a ello se computa el millar que se fue cada año entre 2005
y la actualidad, se concluye que la pérdida de sacerdotes en casi 50 años fue
de 64.000 (siempre siendo la primera causa alegada el enamoramiento, seguida de
una “crisis de fe”). Sin embargo, entidades que agrupan a curas casados dicen
que la cifra supera los cien mil. Con todo, en los medios
católicos se acepta que el requisito del celibato para ser sacerdote es un
asunto que cada vez se discute más. Si bien las encuestas de opinión muestran
en la sociedad en general una opinión muy extendida de que debería ser
optativo, no se cuenta con relevamiento entre los propios afectados: los mismos
sacerdotes. De todas formas, por no ser un dogma de fe, sino una norma
disciplinaria. Fue proclamada con vigor por el concilio lateranense del año
1123 para los sacerdotes de rito latino, no así para los del rito oriental que sí
pueden casarse. Por eso, por ser una norma disciplinaria un Papa está facultado
para derogarla. Eso sí, hay quienes
tienen una idea muy clara sobre deberes y obligaciones de quienes deciden
ponerse una sotana. El cura Juan Carlos Sack, uno de los líderes de la línea
dura del Catolicismo para mantener las tradiciones dijo: “A nadie se le impone
el celibato porque nadie está obligado a ser sacerdote”. Son puntos de vista,
claro. Todo lo contrario - Desde el Antiguo
Testamento, Aaron hermano de Moises era Sacerdote y casado y en el Nuevo
Testamento, Zacarias padre de Juan el Bautista primo de Jesús también era sacerdote
y estaba casado con Elizabeth. Hasta el Apóstol Pedro era casado aunque no era
sacerdote y aparece su suegra enferma en la Biblia. El celibato es un dogma o
reglamento sólo de la Iglesia Católica. Que inquietante es pensar
que los sacerdotes, obispos, cardenales, incluso el Papa deban sacrificar algo
tan importante como es compartir la vida con una mujer como debe ser; como
pueden ellos dar consejos, guiar a las familias, si ellos no han vivido en
carne propia las alegrías, tristezas, quiebres, reconciliaciones, rompimientos,
decepciones, ilusiones, pasiones que suceden en nuestras relaciones con
nuestras, novias o esposas. Yo me pregunto ¿Por qué
ellos deben renunciar a esto, quien lo ordenó y lo más importante por que? Lo cierto es que antiguamente los miembros del clero se podían casar, tener hijos, incluso algunos Papas se casaron y tuvieron descendencia; lo increíble es que algunos de sus descendientes llegaron también a ser Papas. En la siguiente lista se muestran algunos de estos casos. La transición hacia los votos de castidad se dio más o menos en el siguiente orden:
Finalmente se instauro el celibato en la iglesia católica y como argumento
supremo se dice que el celibato es esencial para que los sacerdotes católicos
no se distraigan con complicaciones de familia y puedan dedicarse solamente a
su Dios. Si esto fuera cierto:
No seamos ingenuos, lo que
llevó a la iglesia católica al celibato fue el "Poder económico".
Investigando sobre el tema me enteré que en los tiempos del Concilio de Letrán,
se consolidaba el feudalismo europeo. La propiedad feudal no era hereditaria en
un principio pues las propiedades regresaban al rey una vez muerto el señor
feudal. Al pasar los años se formó costumbre que los hijos heredaran los feudos
de los padres, pero el concesionario de un feudo no debía ser necesariamente
una persona, también podía ser un ente colectivo, como una ciudad o como LA
IGLESIA CATÓLICA, que en esa época fue el principal feudario de Europa. Si en aquellos tiempos se
hubiese permitido tener hijos a cada sacerdote, obispo, cardenal o al Sumo
Pontífice, estos hubiesen tenido que ceder sus riquezas a sus hijos y de este
modo, el celibato aseguraba la unidad feudal de la Iglesia y la conservación de
sus inmensas riquezas. El celibato garantizaba que la Iglesia estuviera a salvo
de problemas por políticas de herencia, dinásticas o líos de familia y sería una
e indivisible. Hoy por hoy la Iglesia vive
unos de sus peores momentos, no hay confianza en ella, no hay participación
juvenil, cada vez son menos los interesados en ingresar a seminarios para
llegar a ser sacerdotes, y todo esto sumado a las graves casos de pedofilia,
nos hacen pensar en que tan bueno es el celibato. Los que han estudiado un
poco este tema, conocen la historia de los Papas y el cumplimiento que algunos
de ellos han tenido para el dogma o reglamento que los rige. Algunos Papas
tuvieron descendientes que llegaron también a ser Papas. A continuación una
breve lista de estos casos: Papas que fueron hijos de otros Papas u otros
miembros del clero. Nombre del Papa - Papado - Hijo de San Damasco I - 366-348 - San Lorenzo, sacerdote.
Papas que tuvieron hijos ilegítimos después del año 1139. Nombre del Papa - Papado - Hijo de Concilio de Letrán I - El Primer Concilio
Lateranense se celebró en Roma, con la Basílica de San Juan de Letrán como
sede, y desarrolló sus sesiones entre el 18 de marzo de 1123 y el 11 de abril
del mismo año. Está considerado por la Iglesia Católica como el IX Concilio
Ecuménico y el primero de los celebrados en Occidente. Fue convocado por el Papa
Calixto II en diciembre de 1122, inmediatamente después del Concordato de Worms
que puso fin a la querella de las investiduras y a él asistieron, según la
fuentes, entre 300 y 1.000 participantes que promulgaron 25 cánones, aunque
muchos de los cuales se ciñeron exclusivamente a confirmar decretos de
concilios anteriores, en los que legisló sobre las siguientes cuestiones: Una de las decisiones más
importantes y que marcará la distribución eclesiástica y la vida monacal, es la
decisión de Canon 3 y 11, que prohíbe el matrimonio a los miembros vinculados
con la Iglesia. Esta postura fue tomada con
una intención de control y sumisión de los agentes internos para con la
congregación. Gastos, distracciones, familias y alojamientos eliminados de las
preocupaciones para llevar a cabo las tareas propias de cada cargo, pero que
nunca jamás es mencionado en la Biblia. El Papa Calixto II fue un
hombre que creó el celibato y por lo tanto, otro hombre lo puede sacar. Por Armando Maronese
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