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La herencia maldita
Por Armando Maronese - 9 de Enero, 2014, 18:54, Categoría: Corrupción - Violencia
La verdad asusta pero la Argentina deberá
enfrentarla. La crisis más temida se precipita inexorablemente. El país deberá
hacerle frente a diez años desperdiciados y en los cuales se gobernó tan mal,
que la reconstrucción llevará mucho tiempo. Las mentiras del relato le dan paso
a la realidad más cruel. Todo gobernante (en este
caso, 2) que se preocupe por acumular poder, se aleja de prácticas democráticas
y, además, para saciar su ansias de permanecer el resto de sus días en el
gobierno, se vuelve cada día más corrupto para alimentar sus arcas." Santa Cruz fue la cuna del
mal donde se entrenaron y crecieron los Kirchner. Cuando llegaron al gobierno
nacional, ya crecidos y experimentados, la pareja compuesta por Cristina y
Néstor Kichner tuvieron, como si algo les faltase, un modelo referencial y
ampliado de sus peores prácticas sureñas, Hugo Chávez. El extenso período del
matrimonio en el gobierno, llegó con un pan bajo el brazo que no lo tuvo
gobierno alguno; años de incalculable bonanza producto de los precios
internacionales de la soja y la extraordinaria exportación de automóviles a
Brasil. Ahora,
nada alcanza, el poder y el dinero van juntos y son una droga. Extensa, muy
extensa sería la lista de los excesos, falsedades, desaciertos, fracasos,
atropellos, abusos, cometidos por los Kirchner y su patota de ministros,
secretarios, legisladores y toda clase de lacayos públicos durante más de 10
años. El pueblo argentino no sólo
la ha vivido (muchos sufrido) sino que, además, la deberá pagar y muy caro
durante años para poder salir de la crisis que a diario se presenta más atroz. No es extraño entonces, que
el argentino, preocupado por lo cotidiano, viva un angustiante presente donde
pareciera moverse sobre arena movediza. Algo le parece se lo estuviera tragando
y se da cuenta que casi nada puede hacer para evitarlo. No son pocos los que
pronosticaron este momento; otros lo siguen negando aferrados a la prebendas y
beneficios que han recibido convirtiéndose en loros K, para repetir el libreto
oficial. La sociedad destruida ha
sido reemplazada por individuos intolerantes y mezquinos. Piensan en sí mismos,
en sus seres queridos y poco o nada le importa el resto. El “sálvese quien
pueda” funciona rompiendo todos las reglas de convivencia. Un país con una presidente
autoritaria y con un discurso cotidiano y falaz, pasó a ser uno con una
mandamás ausente; tras una derrota electoral acompañada de una cirugía con un
pos operatorio con información escasa y poco precisa. Todas las mentiras en una
ficción extensa, están dando paso a cada una de las despiadadas realidades que
muchos no veían o no querían ver. La comparaciones son malas pero inevitables. La gran pregunta que el
tiempo se encargará de responder, es si la crisis que los argentinos deberán
soportar luego que Cristina Fernández viuda de Kirchner deje el poder, no será
de mayor envergadura que la vivida en 2001/2002. Nada de aquí en más que
ocurra, puede sorprender al argentino. Ni la falta de luz, ni la imparable
inflación, ni la constante devaluación de la moneda, ni la pérdida incesante de
divisas, ni las muertes por inseguridad y por narcotráfico, ni la pérdida de
puestos de trabajo, ni los saqueos, ni piquetes sin solución de continuidad, ni
la multiplicación de protestas sociales, ni impunidad al por mayor, ni siquiera
aquello que el ser humano se resiste a imaginar pueda acontecer. Néstor
y Cristina Kirchner dejarán un país destruido. No sólo por lo que hicieron para
ello, sino también por las oportunidades únicas que dejaron pasar para bien de la Argentina. ¿La tarea de reconstrucción quedará en manos del peronismo? - Pero
¿Acaso los Kirchner no son peronistas? Néstor Kirchner fue el presidente del
Consejo Nacional del PJ, y antes fue el titular del PJ santacruceño. Hipócritas, el peronismo
dirá que los Kirchner no son peronistas. ¿Tal vez el movimiento que creó Juan
Domingo Perón, muerto hace 40 años, pagará también los platos rotos de este
descalabro? Todo es incertidumbre. Nada
se puede planificar, ni siquiera lo que puede suceder hoy. Así vive el
argentino hoy. La vida se hace muy difícil. Por Armando Maronese
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