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24 de Octubre, 2013Acerca de la estupidez. Todos y todas
Por Armando Maronese - 24 de Octubre, 2013, 18:12, Categoría: Gramática - Idioma
Hay un peligro que amenaza a todo
aquel que pretenda hablar de la estupidez: la involuntaria auto referencia, pues
de la estupidez se suele hablar en tercera persona, y con esto se da a
entender, o bien que uno se tiene por inteligente o que al menos se piensa a sí
mismo emancipado de la estupidez. Y es aquí, entonces, donde se cae
en esa involuntaria auto referencia, pues el primer síntoma de la estupidez es
encontrarla siempre afuera, en los otros, sin querer siquiera imaginar que las
murallas que evitan que engrosemos el número de estúpidos tienen el destino de
todas las murallas: caer. Intentaré entonces, para no
correr este riesgo, acercarme a otro tipo de estupidez; una que no es de
carácter personal, sino que se nos impone colectiva y cotidiana. Esta estupidez
colectiva e involuntaria –que sólo por facilidad llamaré “estupidez social”–,
la encontramos de modo palmario en la publicidad. Tomemos por caso una publicidad gráfica de estos días. Para vender una consola de videojuegos una empresa argumenta: “Cuando tu hijo juega, no te pregunta cómo llegó al mundo”. Que algo estúpido hay en esto no se nos escapa, pero ¿Por qué decir que lo que aquí se manifiesta es precisamente esa estupidez social, y no la simple y llana estupidez personal de un equipo de publicistas? Para ver esto deberé antes aclarar qué entendemos por “estupidez social”. ...- Leer artículo completo Acerca de la estupidez. Todos y todas
Por Armando Maronese - 24 de Octubre, 2013, 18:12, Categoría: Gramática - Idioma
Hay un peligro que amenaza a todo
aquel que pretenda hablar de la estupidez: la involuntaria auto referencia, pues
de la estupidez se suele hablar en tercera persona, y con esto se da a
entender, o bien que uno se tiene por inteligente o que al menos se piensa a sí
mismo emancipado de la estupidez. Y es aquí, entonces, donde se cae
en esa involuntaria auto referencia, pues el primer síntoma de la estupidez es
encontrarla siempre afuera, en los otros, sin querer siquiera imaginar que las
murallas que evitan que engrosemos el número de estúpidos tienen el destino de
todas las murallas: caer. Intentaré entonces, para no
correr este riesgo, acercarme a otro tipo de estupidez; una que no es de
carácter personal, sino que se nos impone colectiva y cotidiana. Esta estupidez
colectiva e involuntaria –que sólo por facilidad llamaré “estupidez social”–,
la encontramos de modo palmario en la publicidad. Tomemos por caso una publicidad gráfica de estos días. Para vender una consola de videojuegos una empresa argumenta: “Cuando tu hijo juega, no te pregunta cómo llegó al mundo”. Que algo estúpido hay en esto no se nos escapa, pero ¿Por qué decir que lo que aquí se manifiesta es precisamente esa estupidez social, y no la simple y llana estupidez personal de un equipo de publicistas? Para ver esto deberé antes aclarar qué entendemos por “estupidez social”. ...- Leer artículo completo |