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Sigue la retirada de empresas extranjeras de Argentina
Por Armando Maronese - 31 de Enero, 2013, 20:10, Categoría: Opinión
No hay regreso ya a
situaciones de al menos "hacer la plancha". Estamos con el país
destruido por las armas silenciosas. Si el Imperio quería ponernos de rodillas
y hacernos pagar las insolencias desde 1806 en adelante, a través de todos los
Gerentes Operativos que han ocupado el sillón de Rivadavia hasta la fecha, lo
ha conseguido. El León postrado a los pies
es Argentina. Por otro lado, suponiendo una toma de conciencia y la renegociación
de contratos, estos tendrían el carácter de leoninos para nosotros, como si
fuera la revancha que los países vencedores le hacían sufrir y pagar con creces
a los perdedores. Y encima no se aseguraría el restablecimiento a pleno de las
compañías y provisión de los servicios de inmediato, dada la magnitud del daño.
Por lo tanto, argentinos, a sufrir por las estupideces cometidas. Con sangre
entenderemos que lo gratis y fácil en éste planeta, no existe. Ahora Petrobrás anunció su salida
de Edesur. Es parte de su estrategia de salida "políticamente
correcta" del país. La firma vendió acciones y esto se suma a lo sucedido
con British Gas hace unos meses. El panorama que pintan los expertos sobre el
sector mete miedo. Las pérdidas financieras de las compañías, también. El sector de la energía en la Argentina, da muestras cada vez más frecuentes
sobre los profundos cambios y "convulsiones"
que atraviesa. Uno de ellos se hace poco tiempo, cuando Petrobrás anunció que colgaba el cartelito de "se vende"
a casi todos sus activos en el país,
que incluyen: • Una importante refinería en Bahía Blanca. • Su participación accionaria -nada menos- que en Edesur (25%) y en Refinor (28%). • Las estaciones de servicio que le quedan, tras haber transferido el resto al empresario local Cristóbal López. Como parte de este retiro anunciado, este miércoles la
firma hizo saber de su salida de
la eléctrica Edesur, la segunda en tamaño a nivel nacional, que
abastece a más de seis millones de
clientes y tiene 32.500 kilómetros de cableado en la Capital y el Gran Buenos
Aires. Tras una década de haber
desembarcado en Argentina, la empresa brasileña envió un comunicado a la
Bolsa, informando que había llegado a un acuerdo con un grupo
de empresas, para desprenderse de
"la totalidad de las acciones (...) por un monto de u$s 35 millones". Las compradoras son dos
firmas que pertenecen a Sadesa,
uno de los mayores grupos de generación
eléctrica a nivel local. Se trata de Hidroeléctrica Piedra del Águila-en
la que también participan la provincia de Neuquén y el Estado Nacional- y La Plata Cogeneración. Esta incursión y cambio de
manos también le abre la puerta de la distribuidora al Estado y a la provincia de Neuquén, ya que tienen el 26% y el
13% respectivamente de las acciones de la hidroeléctrica. Situación financiera
exhausta - Los
expertos del sector hacen referencia a una "retirada sigilosa" por parte de Petrobrás de la
Argentina, para no levantar polvareda y ser "políticamente correcto". Sin
embargo, lo cierto es que aquellos años en los que la petrolera brasileña
mostraba interés en apostar por el país quedaron atrás. Pero el caso brasileño no es el único. Antes,
el gigante British Gas (BG)
había comunicado oficialmente la decisión de venderle a la nacionalizada
YPF el 70% de su participación en
Metrogas, la principal
distribuidora porteña. Para los analistas
consultados, se trató de "un rescate
a través de la estatización
encubierta de la firma". Por cierto, esta decisión no los tomó por
sorpresa. Era algo que "se veía
venir", dada la complicada
situación financiera que atravesaba la compañía, los cambios en las
reglas de juego y la intervención
oficial sobre el sector energético. Para graficar en cifras el estado de Metrogas, vale
decir que, a principios de noviembre la firma -que debió ser intervenida por el
Gobierno Nacional en junio de 2010-, comunicó
que tuvo un quebranto operativo
de $ 82 millones entre enero y septiembre. Es decir, casi siete veces más que en el mismo
lapso de 2011. Por este abultado rojo en
sus cuentas, la compañía había
informado a fines de septiembre que se veía en la necesidad de dilatar los pagos de ciertas obligaciones comerciales, por no contar con los fondos suficientes, aduciendo que su
delicada situación se debía a "la falta de una recomposición tarifaria
desde hace más de doce años". Claro está que esta
problemática no sólo afecta a Metrogas.
Una semana más tarde, a ese anuncio se sumó el de Edenor, que informó que sólo iba a pagar la mitad de las facturas que
le envíe Cammesa, la empresa que se ocupa de administrar el mercado y de
pagarle la electricidad a las compañías que la generan. En realidad, Edenor siguió los pasos de Edesur que,
meses antes, apenas pudo cancelar con
esa administradora el 10% de la deuda y que también se vio obligada a dilatar el pago de sus compromisos. Este panorama crítico también se extiende a las empresas encargadas de transportar
el gas, que dieron muestras de su complicada situación y echaron culpas
a la política oficial. Es así como Transportadora de Gas del Norte (TGN)
-intervenida por el Gobierno en 2008 tras declarar su default-, anunció que iba
a demandar al Estado Nacional por
los daños ocasionados derivados
de la política tarifaria. En retirada - La vulnerabilidad que evidencia el sector energético en Argentina,
queda reflejada en la falta de inversiones y en la salida del país de empresas extranjeras. Para los expertos, el caso
de British Gas y la eventual retirada de Petrobrás de la Argentina no es otra
cosa que la consecuencia de la falta de
incentivos para que el sector invierta, el exceso de regulaciones e injerencia estatal y las malas políticas oficiales. Este último punto incluye el
haber mantenido "forzadamente" las tarifas congeladas desde 2003, pese al evidente incremento en sus costos -superior al
200%-, y a la dificultad de acceso al
mercado de crédito externo. El mal clima para los capitales foráneos se hizo extensivo a toda la cadena energética,
a punto tal que la salida de inversores va desde participantes en la extracción
de hidrocarburos, hasta la red de comercialización de naftas. En ese sentido, durante los últimos años se sucedieron eventos tales como: • La salida de la estatal venezolana PdVSA. • La retirada de British Gas. • El repliegue de Petrobrás. • El traspaso de las bocas de expendio deEsso, a la firma local Bridas de Bulgheroni. "Lo que ocurrió fue un avance de capitales nacionales
cercanos al Gobierno, lo que evidencia que hubo una clara intencionalidad de reemplazar a ciertos inversionistas por
otros", afirmó Alieto Guadagni, ex secretario de Energía de la Nación. Para el experto, "este
camino es acorde con la intención del
Estado de disimular que el país vive una emergencia tarifaria. El sector
lleva años sin renegociar contratos. Y esto es motivo suficiente para que -con
el crítico resultado actual-, ninguna
empresa extranjera tome la posta de la que decide irse de la Argentina". La gran "fuga" - Guadani no oculta sus reparos sobre a la hora de calificar
como preocupante y sombrío el cuadro de situación de la energía en el país. En su escéptica visión, la estatización o el
capitalismo de amigos en que se ha avanzado, traerán consecuencias negativas. "Hace
ya un tiempo que el Estado dejó de contar con superávit fiscal.
Encima, con el bolsillo vacío,
está asumiendo más obligaciones para
sostener a empresas deficitarias", señala, en relación al momento en el
que YPF debió salir a "tapar el hueco" que dejó la salida de British. Mariano Lamothe, economista
de la consultora Abeceb.com, también evalúa la salida de British Gas -a la que se sumaría Petrobrás-, como una
muestra más del intento oficial
"de hacer mayores esfuerzos para que los capitales sigan en la Argentina". "Lo que sucedió dentro
de Metrogas debe leerse
considerando el contexto de lo sucedido con Aerolíneas, Aysa o Repsol. En cada uno de estos casos se apuntó a
la intervención del Estado nacional,
ya sea de forma directa o indirecta", comentó Lamothe. "En la actividad de
hidrocarburos se dio una mecánica bien clara. Por ejemplo, salió la brasileña Petrobrás que fue
reemplazada por el grupo Indalo, de Cristóbal López, a través de Oil. También se retiró la multinacional Esso, que
le vendió todo a Bridas, también
cercana al Gobierno. Esto, más allá de lo sucedido con Repsol, ahora en litigio con el país", señala Lamothe. "Se construyó una estructura inestable, a base de tarifas congeladas y marcos regulatorios
endebles. Ahora estamos en una etapa más complicada, la del quebranto o
el retiro de empresas", agregó. No obstante, según Lamothe,
el principal inconveniente es que "las empresas no dejan de perder plata". En consecuencia, afirma:
"Esto recién empieza, habrá más
compañías que irán complicándose". Temor al apagón - El ex secretario de Energía, Daniel
Montamat, estima que el sector energético necesita cada año inversiones por la friolera de u$s 15.000 millones. El experto señaló que ese monto no puede
salir exclusivamente de las arcas públicas o del ahorro interno, sino que se requiere sí o sí de capitales
internacionales, a contramano de lo que viene sucediendo. "Eso nos
obliga al desafío de repensar la
política energética, porque con la actual no van a venir". Consultado sobre si en las
actuales condiciones Argentina corre el riesgo de un apagón energético, sentenció: "Absolutamente. Hay un problema serio, que se va
agravando, porque nos hemos comido las
reservas, fundamentalmente las de gas natural, que cayeron a la
mitad". "Con estas políticas
populistas hemos transformado a la energía en un problema para el desarrollo económico y social del país",
planteó. Al respecto, remarcó que
muchas de las trabas -como el cepo
cambiario-, están vinculadas con una factura cada vez más abultada que debe pagarse para comprar afuera lo que antes se
generaba internamente. ¿Qué
se puede prever para el futuro? "La actual tendencia se
mantendrá. El sector energético está en
default casi en su totalidad, y ahora el Gobierno deberá evitar lo que
podría ser un apagón", remarcó un especialista consultado. Sus dichos van en igual
sentido que los del ex secretario de Energía, que afirma de manera contundente:
"La actual situación es fruto de
la irrealidad de haber creído que con precios ficticios íbamos a apuntalar la oferta energética y
resolver los problemas del país". Por Armando Maronese
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