Calendario
ApúntateCategorías
Archivos
Sindicación |
¿Scioli pisa el acelerador?
Por Claudio M. Chiaruttini - 27 de Enero, 2013, 17:39, Categoría: Opinión
Retomando la línea De la Sota, Scioli aventaja a
Cristina Kirchner. El reclamo fiscal a la Nación lo lideró en 2012
José Manuel De la Sota
pero no consiguió consolidar la disputa con el Frente para la Victoria. Ahora,
Daniel Scioli retomó el tema y le permitió marcar diferencias con Cristina
Fernández de Kirchner. Es
evidente que hay 2 liderazgos alternativos a la Presidente de la Nación, mientras el senador
nacional Aníbal Fernández sigue afirmando que especular con 2015 es una
barbaridad. ¿Quién le cree en la política al candidato a presidente de la Asociación Argentina
de Hockey? Por ahora, es evidente que Cristina Kirchner no encuentra un
discurso político apropiado porque el debate fiscal le provoca problemas ante
gobernadores y alcaldes. Enero está a un paso de
terminar. El grueso de la población que está de vacaciones se prepara para
volver a la actividad. La rutina regresa con lentitud en la sociedad civil. En
la política, el escenario no es muy diferente. El año electoral, comenzó. Se
trata de una elección de medio mandato, algo casi usual, pero el futuro
institucional de la
Argentina y la capacidad de imponer el modelo hegemónico
cristinista están en juego. Eso, no es nada usual, es una excepcionalidad
histórica. El choque entre el cristinismo
talibán y los peronistas tuvo su primera escaramuza en la fundamental provincia
de Buenos Aires. No actuaron ni Cristina Fernández ni Daniel Scioli. Cada
contendiente mandó padrinos claves en la estructura de poder de cada uno, para
que no hubiera duda de quiénes estaban atrás de cada movida. Las
piezas en juego del ajedrez político oficialista son los intendentes. El tema
que separará las aguas, la coparticipación. Así, de esta forma, el dinero,
base del inmenso poder que construyeron Néstor Kirchner y Cristina Fernández,
se convierte en el tema que promete dividir las aguas en la mayor fuerza
política argentina. Si
bien el Gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, fue el primero en picar
en punta reclamando fondos a la Suprema Corte de Justicia, la importancia de
Daniel Scioli y de la
Provincia de Buenos Aires hacen que el armado electoral
oficialista hace que los cruces entre La Plata y la Casa Rosada, marquen el nivel de tensión dentro
del kirchnerismo. Fue astuto por parte de
Daniel Scioli pedir a su Jefe de Gabinete, Adrián Pérez, mandar una nota al
bonaerense Julián Domínguez, dado que impulsó al Congreso como ámbito de
discusión de un nuevo régimen de coparticipación federal. Por su parte, la Casa Rosada fue muy
torpe enviar al desprestigiado vicepresidente de la Nación, Amado Boudou a
atacarlo. Julián Domínguez, que supo
leer la maniobra, colocó a Cristina Fernández como defensa al statu-quo y no quiso hablar sobre el tema central,
protegiendo sus planes para ser candidato a gobernador en 2015. Mientras, el ex
ministro de Economía quedó como un hombre que quiere gobernar una provincia que
cede 40% del dinero que se reparte entre gobernadores, recibiendo a cambió
menos de la mitad del dinero cedido. Así, intentar postularse en Buenos Aires
se le va a hacer cuesta arriba al vicepresidente de la Nación, los bonaerenses no
lo reconocen como un par. Cerca
de Daniel Scioli causó sorpresa que no hubiera mayores adhesiones de otros
gobernadores, a su pedido de discutir la coparticipación federal. No la
esperaban de aquellos que suelen jurar fidelidad eterna a Cristina Fernández,
pero sí de Santa Fe, de Córdoba, de la Capital Federal,
de Tierra del Fuego o de Santa Cruz. Sólo el denarvismo, algunos macristas y
funcionarios sciolistas respaldaron la apertura de negociaciones. En La Plata, en el ala más
conservadora que rodea a Daniel Scioli, aseguraban que el silencio masivo fue
una confirmación de la necesidad de postergar cualquier intento de ruptura con la Casa Rosada, mientras
que los grupos más duros destacaban que el Gobernador de Buenos Aires se colocó
como una verdadera alternativa a Cristina Fernández, con un gesto político
absolutamente menor. Todos saben que deberá producirse una ruptura, se discute
cuál es el momento más indicado. En paralelo, la movida de
Daniel Scioli permitió darle magnitud a la reunión de intendentes que organizó la Casa Rosada sin la
participación del Gobernador de Buenos Aires. Además del vicepresidente de la Nación y el ex ministro de
Agricultura, Ganadería y Pesca, otro de los que ocuparon el centro de la mesa
principal fue el senador Aníbal Fernández, que confirma su plan de postularse
como candidato en 2015. Se reveló también en la
semana, el sistema creado por la
Casa Rosada para financiar intendentes sin tener que pasar
por el filtro político de los gobernadores. En el encuentro de Santa Teresita
había unos 60 intendentes bonaerenses. Ayer, la ministro de Desarrollo Social,
Alicia Kirchner, reunió 400 de todo el país en Mar del Plata. A su vez, el
ministro de Planificación, Julio de Vido, viene hace meses reuniéndose con
titulares de municipios sin respetar a las autoridades provinciales. ¿De
qué valió tanto acto de genuflexión a Cristina Fernández? ¿De qué sirvió perder
días y días viajando a la
Capital Federal para actuar de aplaudidor en los actos de la Presidente de la Nación? Los gobernadores
han realizado actos de fe, declaraciones de apoyo y puesto la cara por la Casa Rosada cientos de
veces. A cambio, reciben cada vez
menos coparticipación, menos espacio en las listas para colocar gente propia y
no tienen asegurada la reelección en 2015, pese a que han apoyado una y cien
veces la posibilidad de reelegir a Cristina Fernández por un tercer mandato,
aunque eso signifique violar la Constitución Nacional. Con
sus movidas, la Casa
Rosada le regala argumentos al Gobernador de Córdoba, José
Manuel de la Sota,
para que vaya a la Justicia
a reclamar por esta intervención directa de Cristina Fernández, en el fondo de
Buenos Aires, en las realidades políticas provinciales. De concretarse esta
presentación ante la
Suprema Corte de Justicia, Córdoba se convertirá en la
provincia que más reclamos haya hecho hacia la Casa Rosada por vía
judicial. Ha obtenido éxito en dos casos anteriores y podría tenerlo ahora.
Así, lleva la lucha política a un nuevo nivel, donde son las instituciones
constitucionales las que pasan a defender el equilibrio del sistema democrático
tradicional. Pero mientras la temperatura
política crece, Cristina Fernández sigue corriendo tras los hechos. Ocurrió con
la iniciativa de Daniel Scioli que los servicios de inteligencia no pudieron
detectar y ser neutralizado antes de ganar difusión pública. También va detrás
de José Manuel de la Sota,
que avanza con su lenta proyección política fuera de Córdoba. En
economía, Cristina Fernández ha sido superada por la realidad varias veces. El
cepo cambiario y la pesificación forzada, fue una consecuencia de no entender
las causas de la fuga de divisas entre 2006 y 2011. El cepo importador es el
tibio intento de ocultar la pérdida de competitividad del peso con respecto a
otras monedas. Los anuncios de inversiones en material ferroviario y el giro de
15 millones de pesos para los talleres de Tafi Viejo, intentan frenar la
creciente movilización que se está organizando desde las redes sociales para el
22F. Incluso, en la desesperación,
el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, habló por primera vez
en un año de la catástrofe de Once y, como corresponde a una improvisación,
terminó por sumar más quejas en las redes sociales y potenciando el llamado a
la movilización que más preocupa al gobierno por el mensaje que envía al resto
de la sociedad. Otro caso es el burdo
intento para desarmar los subsidios. En enero comenzaron a recibirse facturas
de luz con fuertes aumentos, justo en uno de los meses donde más cortes de
servicio se produjeron, pese a los cientos de miles de consumidores no están ni
en la Capital Federal
ni el Gran Buenos Aires. ¿Qué ocurrirá cuando todos vuelven en pocas horas más? Si hasta el rescate de la Fragata Libertad,
el cuasi-rescate de la corbeta Espiro, el hundimiento de la Santísima Trinidad,
los problemas para contratar el barco que hará la campaña antártica y la costosísima
reparación del rompehielo Irizar, son otras muestras de cómo el gobierno corre
detrás de los hechos, de los problemas de gestión, de las improvisaciones. También
la Casa Rosada
quedó atrapada por la interna sindical que Cristina Fernández creó, al dividir
en cinco el mundo gremial y de presionar por paritarias con niveles de aumento
por debajo de la inflación. Cualquiera que reconozca la suba de precios, tiene
en claro el proceso de caída del poder adquisitivo de los salarios. La única
solución era la puja distributiva y, como la Presidente de la Nación se niega a que sea
el gobierno quién haga una parte del sacrificio para ajustar las cifras, todo
el peso recae sobre empresarios y trabajadores. Justo lo que estamos viendo. Después de invertir casi
todo un año para dividir a la Confederación General del Trabajo y esforzarse
por aislar al camionero Hugo Moyano, la pertinaz negativa de la Casa Rosada de
incrementar el salario mínimo no imponible para el Impuesto a las Ganancias
terminó por acercar a las partes y, en forma extraoficial, ya analizan medidas
de fuerza en forma conjunta (la
CGT Azopardo con un rol activo, la CGT Balcarce en uno
pasivo). El accionar obcecado de la Casa Rosada, termina
por darle la razón al “divorcio” que
planteó Hugo Moyano y el camionero responde elevando un proyecto político
propio y alimentando al peronismo no kirchnerista. Por eso, no hay que
sorprenderse que el camionero “ningunee” a
Néstor Kirchner y pondere a Eduardo Duhalde, por generar la reactivación
económica post ruptura de la Convertibilidad. Todo es bueno para pegar cuando
uno tiene que luchar por la supervivencia política. Las
elecciones de octubre son el motor de las acciones del gobierno y la gestión
queda en un segundo o tercer plano. Para la oposición no pierde oportunidad
para auto fagocitarse. El sindicalismo juega su propio juego. El peronismo
intenta sobrevivir a su sumisión y suma de errores. En ese marco, las palabras
se convierten en más peligrosas que las acciones y todos los mencionados,
tienen una profesión por no dejar de hablar y hacer poco. El gobierno ha basado gran
parte de su poder en el relato mentiroso. Cada palabra genera imagen, poder o
impotencia. Por eso, que artistas como Adrián Suar y Gerardo Sofovich apoyen a
Ricardo Darín y critiquen a Cristina Fernández, implica que a la Presidente de la Nación comienzan a
“entrarle las balas” y sus flaquezas queden expuestas. No es poco, todavía
faltan 8 meses para las elecciones de octubre y las debilidades se pueden
convertir en crisis. Por Claudio M. Chiaruttini |