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Un ministro indigno de su cargo
Por Roberto J. Wilkinson - 3 de Noviembre, 2012, 15:00, Categoría: Corrupción - Violencia
El titular de la cartera de
Justicia, Julio Alak, ha demostrado un total desprecio por la división de
poderes y se ha erigido en comisario político de los jueces Cuando Julio Alak asumió, en
julio de 2009, como ministro de Justicia y Derechos Humanos, juró cumplir y
hacer cumplir la
Constitución Nacional. Resulta por ello escandaloso que quien
debe velar desde su cargo por el mejoramiento del servicio de justicia se
dedique en forma tan estentórea a repudiar los principios esenciales sobre los
cuales se funda el Poder Judicial en una república. La escalada de improperios,
distorsiones y denuncias infundadas que el ministro formuló en las últimas dos
semanas en el contexto de la disputa entre el Gobierno y el Grupo Clarín lo ha
expuesto como alguien indigno del cargo que ocupa. La dificultad para encontrar
un magistrado imparcial que imparta justicia en la causa en la cual el Grupo
Clarín, cuestiona la inconstitucionalidad de diversos artículos de la ley de
medios audiovisuales, y excede el terreno de una normal disputa entre
litigantes. La ciudadanía observa
azorada que, luego de que el ministro Alak denunciara en ácidos términos la
actuación de un juez subrogante, y que trascendidos periodísticos alertaran
sobre amenazas de una persecución penal a su hermano, el magistrado haya
renunciado a su cargo invocando su situación familiar, dando crédito a la
existencia de maniobras extorsivas en el más alto nivel del Gobierno. Previamente, el ministro de
Justicia también había advertido al juez subrogante que un fallo a favor del
Grupo Clarín constituiría un alzamiento contra la Constitución Nacional. En paralelo, el ministro se
embarcó en una campaña para la designación en esa causa de María Lorena
Gagliardi, una funcionaria del Poder Ejecutivo, que vio mejorado su orden de
mérito del puesto 15° al 6° mediante una irregular ponderación de sus
antecedentes en el marco del concurso 258 para cubrir cinco juzgados de primera
instancia en el fuero Civil y Comercial Federal. Como parte de la maniobra, se
pergeñó la recusación del consejero Ricardo Recondo, instituto no previsto en
las normas aplicables. Cabe destacar, que el
consejero Recondo encabezó en 2010 la lista que obtuvo la mayoría en representación
de los jueces y había sido previamente presidente de la Asociación de
Magistrados y Funcionarios de la
Justicia de la
Nación. Al no lograr la exclusión de
Recondo y fracasar en la obtención de la mayoría calificada necesaria para
seleccionar a su candidata en la terna en cuestión, Alak se apersonó en la
propia sala del plenario del Consejo de la Magistratura y
presidió una conferencia de prensa en la que acusó de conspiración a los
consejeros que no habían querido votar con el Poder Ejecutivo. Posteriormente,
trascendieron nuevas descalificaciones y presiones sobre los consejeros
disidentes. El desvarío culminó con la
denuncia penal por presunto abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes
de funcionario público contra los cinco consejeros que se manifestaron por la
anulación del concurso 258. Esta denuncia, anticipada por Alak, lleva la firma
del jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, y la procuradora general del
Tesoro, Angelina Abbona. La lógica detrás de la denuncia resulta abominable:
quien no vote como el oficialismo está delinquiendo. Como bien señalaron ayer
representantes de la oposición en una declaración conjunta, se trata de signos
evidentes de un Poder Ejecutivo que ignora la prohibición constitucional de
involucrarse en causas judiciales, y que no vacila en menoscabar la
independencia de criterio e imparcialidad de los tribunales. Al mismo tiempo, la mayoría
oficialista en el Consejo de la
Magistratura dio curso a un sumario sobre las subrogancias en
el fuero Civil y Comercial Federal, y dispuso una inédita citación como
imputados a la totalidad de los camaristas del fuero y la comparecencia como
testigos de los jueces de primera instancia. Es imposible no leer en estas
rápidas citaciones un mensaje a todos los magistrados con jurisdicción en la
problemática audiovisual y de telecomunicaciones. Como si fuera poco, Alak
envió al Senado un listado de conjueces subrogantes para esa Cámara, varios de
ellos cercanos al oficialismo. Son lejanos los días en que
Alak, como intendente de La
Plata, hacía gala de autonomía frente al menemismo y al
duhaldismo. Hoy, ante la lógica del gobierno nacional, no hay lugar para la
prudencia y la moderación. El ministro Alak se ha erigido en comisario político
de los jueces de la república y, demostrando un desprecio total por la división
de los tres poderes del Estado y la independencia del Poder Judicial, ha
difamado, amenazado y denunciado penalmente a quienes no consintieron los
dictados del oficialismo. Al poner la voluntad del
Gobierno por encima de la
Constitución, las leyes y los reglamentos, y al pretender
convertir en delito el disenso, el ministro de Justicia ha deshonrado la
democracia, el cargo que desempeña y su trayectoria política. Por Roberto J. Wilkinson
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