Calendario
ApúntateCategorías
Archivos
Sindicación |
29 de Septiembre, 2012Georgetown y Harvard en llamas
Por Carlos M. Reymundo Roberts - 29 de Septiembre, 2012, 12:47, Categoría: Corrupción - Violencia
De no creer. Georgetown
y Harvard en llamas por Cristina - "Sos increíble, sos única", le soltó Boudou apenas
Cristina atendió la llamada desde el jacuzzi de su suite
en el Hotel Mandarin. "Sí, la verdad es que estuve bárbara",
respondió ella, que odia la falsa modestia. "Los gringos me tendieron una
trampa -continuó-, pero no sabían con quién se metían." Boudou tuvo el detalle de poner el
altavoz para que yo pudiera escuchar todo. ¡Lo que disfruté! Cristina todavía
estaba excitada e inmensamente feliz. Con desparpajo adolescente contó cómo
había logrado sortear el cacerolazo en la puerta de Harvard. "Me avisaron
por teléfono y entonces llegué una hora más tarde, cuando sólo quedaban cuatro
tipos. No me digas que no soy una genia." Amado asintió, con esa
convicción con que ríe, aplaude y asiente cada vez que ella abre la boca,
aunque sea para matarlo. Algunos lo ven como una actitud rastrera. Yo, como
vocación de servicio. -¿Cuál te gustó más, Georgetown o
Harvard? -¡Ninguna! Qué querés que te diga, me
quedo con la Universidad
de La Plata. Es
como más vital. Pero me había prometido que un día tenía que ir a Harvard, y
fui. ¡Soy la primera presidenta argentina que da una clase magistral ahí! -Sí, fue grandioso. Ahora, qué raros son
estos tipos: aplaudían las preguntas y no tus respuestas. Te habrás sentido
extraña. -Extrañísima. Pero lo atribuí a problemas con la traducción. ...- Leer artículo completo La cuestión capital
Por Armando Maronese - 29 de Septiembre, 2012, 2:29, Categoría: Historia
La cuestión capital fue un
problema que tuvo Argentina aún antes de organizarse como Estado independiente
desde 1810, y si bien la
Constitución de 1853 estableció que sería la ciudad de Buenos
Aires la capital nacional, en ese momento la provincia a la que pertenecía
(Buenos Aires), se hallaba separada del resto de la Confederación. La demarcación del
territorio que comprendería la capital fue aclarado por ley: era la zona
ubicada entre el Río de La Plata
y la isla de Martín García, incluyendo sus canales; luego se extendía entre el
río de las Conchas y Puente Márquez, trazando allí una imaginaria línea con
dirección sureste, que incluía a la
Ensenada de Barragán. Esta ley fue rechazada, designándose
como capital a Paraná y federalizándose la provincia de Entre Ríos el 12 de
diciembre de 1853. Es por ello que el Presidente Urquiza sentó la sede de su
gobierno en la ciudad de Paraná (Entre Ríos). La federalización de la
provincia de Entre Ríos fue legalmente derogada en 1858, siguiendo Paraná como
capital. Buenos Aires se unió a la Confederación en 1860, pero aún así los porteños no tenían intención de entregar la ciudad de Buenos Aires para convertirla en capital, y por lo tanto residencia de las máximas autoridades del país, porque al federalizarse perdería autonomía y debería compartir su asentamiento con las autoridades provinciales. ...- Leer artículo completo La tarea que falta para reparar la memoria
Por Héctor Ricardo Leis - 29 de Septiembre, 2012, 1:34, Categoría: Opinión
Los que se consideran herederos de los actores del enfrentamiento armado que enlutó al país, deberían aceptar que todos los que perdieron la vida son argentinos. Coincidir, además, en la confección de una sola lista de víctimas. Las víctimas de una guerra entre naciones enemigas no se reencuentran jamás, ni tienen por qué. Su tierra, sus costumbres, sus raíces no son iguales. No es ése el caso de las víctimas de una guerra civil o de luchas intestinas dentro de una nación. En el caso de la Argentina, las más de diez mil víctimas de la violencia política que hubo entre el 28 de junio de 1966 (el comienzo de la llamada Revolución Argentina) y el 10 de diciembre de 1983 (el retorno de la democracia) son registradas como si una parte de los muertos hablase un idioma y tuviese una bandera y un himno diferentes de los de la otra. Son pocos los que se animan a tomar conocimiento de que hubo una lucha entre argentinos. En el período mencionado había muchos actores políticos enfrentados. La violencia, la ideología y el odio los fragmentaban en muchos pedazos, y quizá por eso no se reconocieran como argentinos. Pero el tiempo pasó y es hora de reconocerlo. La democracia es un juego político entre ciudadanos vivos y no entre muertos. La Argentina se condena a no tener futuro si sus ciudadanos buscan su fuente de inspiración entre los muertos. El caso argentino es grave, porque algunos vivos apelan a los muertos no para honrarlos o criticar su papel en la historia, sino para mejor justificar lo que ellos quieren hacer. Esto se torna especialmente perverso cuando los muertos fueron víctimas de luchas entre argentinos. ...- Leer artículo completo |