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Filitos intelectuales
Por Jorge Asís - 23 de Agosto, 2012, 18:15, Categoría: Opinión
Tío Plinio querido, En el barrio -acuérdese- se los llamaba “filos”. Se
“afilaba”. Ni relación seria, para casarse, ni noviazgo. Filitos.
Deslumbramientos transitorios para pasar el rato. Mientras se aguardaba la llegada
del “amor real”. Nuestra
César, intelectualmente, tiene, tío Plinio querido, sus “filitos”. Los alterna.
Sobre todo desde que partió El Furia, el único que pudo contenerla. Y desde que
se liberara de la tutela poética de Alberto Fernández. Pasó
por el encanto transgresivo de Boudou, El Descuidista. La sedujo con aquellos
manotazos hacia los fondos de pensión. Transformados, arbitrariamente, en
logros. Con el vigor metafórico de la motocicleta y las vibraciones de la
guitarrita. Pasó
por el autoritarismo de Moreno, Guante de Box. Espantosamente simpático. Con
maneras de peronista cultural que le ayudaron a construir el prestigio de
pesado. Por la colección de gansadas monumentales para tratar en sobremesas de
country. El
Descuidista se estrelló pronto. Cayó mortalmente acribillado por la adicción
incontenible hacia el ruidito febril de las monedas. Era tarde. Nuestra César
se sepultaba, por aquel filito, en la ciénaga. Aún hoy supone que, en su
megalomanía, que puede recuperarlo. “Blanquear a Boudou, a la cal”. Por
mostrarlo a su lado. Como lo que es. Un clavel. En
cambio, los sopapos desopilantemente inofensivos de Moreno la condujeron, a
Nuestra César, hacia el laberinto del dólar negro. Mágicamente convertido en
azul. El filito con Guante de Box la llevó al desastre también por los
obstáculos inútiles a las importaciones. Consiguió extraordinarias deficiencias
donde metió la mano. Sus víctimas justificaban la propia inoperancia. Por la
carencia de lo elemental. Culpas, todas, de Moreno. Siempre fue maravilloso
contar con alguien, tío Plinio querido, para echarle la culpa. Escalas. De Vido. Randazzo. Abalito. Con los esporádicos raptos de cordura, sin
filitos, Nuestra César suele recurrir, en sus escalas, a De Vido y su consigna
moral que le sirve de apodo. “Antes Muerto que Preso”. Pero De Vido nunca iba a
transformarse en otro filito. Se conocían demasiado. Podía ser siempre
necesario para aplacar algún sindicalista amenazante. O alejar intendentes,
aquí mini-gobernadores, de la órbita de Scioli. El líder de la Línea Aire y Sol, que
tampoco jamás será filito. Y
si Antes Muerto que Preso volvía, como si aún viviera El Furia, a creerse
indispensable, ahí estaba Randazzo, El ex Killer. Para ser rescatado. Y
rescatarla. Randazzo venía atrincherado con el quiosquito de los pasaportes que
sellaba. Desairado. Con
pucheritos desde que Nuestra César, para Premier, optó por la intrascendencia ideal
de Abal Medina, El Abalito. Mucho menos que un filo, El Abalito es, apenas, un
secretario. Como aquel Fabiancito, al que le fue tan bien en la vida. Pero con la firma de Premier. Para
devaluarlo a De Vido, ahí estaba Randazzo. Para clavarle el clavel redituable
del Transporte. Con la caja que hizo, verdaderamente, grande al “modelo”
recaudatorio de El Furia. Caja que Nuestra César, meritoriamente, ni quiere
tocar. Menos después del estallido del “modelo”. Con los muertos impresionistas
del Once. El
ex Killer tampoco nunca pudo, en realidad, ser filito. Con la instrucción de
Nuestra César, Randazzo aplicó el cambio fantásticamente revolucionario.
Sacarle los trenes a Cirigliano para dárselos, con arrojo republicano, a la
dupla Roggio-Gaby Romero. Dos chicos ascendentes, acaso, de La Cámpora. Espejos. A
los que preguntan, cotidianamente, por el destino de la Argentina, se les
sugiere, tío Plinio querido, contemplar Santa Cruz. La provincia diezmada es el
espejo político del kirchner-cristinismo. La exitosa Santacrucificación
Nacional. Debe
certificarse cuando Nuestra César, por definitiva vez, pontifica sobre el
negocio pendiente. La gran represa sobre el Río Santa Cruz. Cóndor Cliff y La Barrancosa. Rebautizadas,
para el nuevo lanzamiento, como “Néstor Kirchner”. Con
la patriótica manipulación de las tierras adquiridas por Lázaro, El Resucitado.
Con otras tierras de “cóndores”, aún en la nebulosa. Centenas de miles de
hectáreas que podría aclararnos el contador Víctor Manzanares. Tomografía
informativa que ampliaremos. Pero el espejo económico lo representa, hoy, tío Plinio querido, Aerolíneas Argentinas. Trátase
del tragado diario de los millones que proceden de la soja. Inocentes baldes de
agua que se arrojan en el desierto de la inteligencia. El modelo Aerolíneas
Argentinas se toma, tío Plinio querido, para Yacimientos Petrolíferos Fiscales. La
desprolija expropiación de YPF nos convirtió en tardíos motochorros de la
política internacional. Instrumentada a la bartola. Movilizados por la ilusoria
creencia de una caja disponible, rápida. Para aplacar la desesperación. Y
llevársela. Pero no había nada, en la caja, para sacar. Sólo debían conseguir
aventurados para poner. YPF era ya la nueva Aerolíneas Argentinas. “Soja
corazón”. El último filito. El
delirio nos lleva, de la mano, hacia el último filito de Nuestra César. Axel
Kicillof. El Gótico. Impulsa,
incluso, hacia el rescate de los filitos anteriores. Para encontrarles méritos.
El Descuidista fue por las monedas pero, por lo menos, nos cantaba. Y Guante de
Box, con sus escenografías, aunque nos estrellara, nos divertía. El
Gótico, tío Plinio querido, es invariablemente el peor de los tres filos. Acumula
libros mal digeridos. Abruma con la agresiva articulación oral. Con la
pedantería intelectual que trata de “papagayo” a cualquiera que lo impugne (así
sea a través de esta carta). “Tonto
pero no tanto”, El Gótico aplica los conocimientos marxistas para lidiar con
los empresarios. Astutos aventureros que suelen hacer equilibrios en el vacío
de la estructura pre-capitalista. Con ínfulas, y sin corbata como cualquier
macricaputista, Kicillof nos demuestra que no entiende un pepino de
capitalismo. Pero tampoco entiende nada, tío Plinio querido, de marxismo. Trátase
de la alucinación atendible en el plano filosófico, que generó extraordinarios
desastres en la economía. Lo prueba el epílogo del “socialismo real”. La
estética del vencido que adopta la cultura del vencedor. (Queda el recurso
trotskista de no resignarse. Decir que nunca se aplicaron, científicamente, los
supuestos superadores). En
el imaginario económico del nuevo filito, sólo existen los funcionarios.
Funcionales a la visión exactamente retardataria de la economía. Y los seres
relativamente escrupulosos, como los empresarios. Malditos que quieren ganar
dinero. Ningún pecado. Al contrario, ganar dinero, incluso en el
pre-capitalismo, es la obligación. Final con cuentos de Asís. “Decime la verdad, ¿estarías con una mujer como
vos?, mirate”. Lo
dice el abandonador. Hombre cruel del cuento inédito de Asís. A la abandonada. Dama
exasperante, sufrida, que acosaba con reproches e histerias. Igual
que en el cuento de Asís: “Decime la verdad, ¿invertirías una moneda aquí? Con
estos delirantes. Miralos”. Dígale
a Tía Edelma que los excesos del Año del Dragón siempre se pagan en el Año de La Serpiente. Y dígale que el 2013
es el Año de la Serpiente. Y
que el último Año de la
Serpiente fue el 2001. Por Jorge Asís - 23.08.2012 |