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Un caso delicado de salud mental
Por Juan Carlos Fustinoni - 14 de Agosto, 2012, 14:22, Categoría: Opinión
Interesante enfoque que circuló entre los egresados
de la Unidad
Hospitalaria de la 4ta Cátedra de Semiología del Hospital de
Clínicas. Lo envío porque a más del interesante enfoque medico-psicológico, nos obliga a reflexionar sobre el funcionamiento de las Instituciones Republicanas y por qué, o bajo que circunstancias, éstas no funcionan. O si realmente pudieran existir situaciones de riesgo para la República, que no están contempladas en los medios de control que deben funcionar entre los distintos Poderes del Estado (Ejecutivo-Legislativo y Judicial) Para los no médicos, el firmante de este excelente
comentario y análisis, Juan Carlos Fustinoni, es el hijo de quien fuera un
brillante profesor de la
Facultad de Medicina, Jefe de la 4ª Cátedra de Semiología del
Hospital de Clínicas, Profesor. Dr. Osvaldo Fustinoni. Dres. Hermann y Cristina. Estimado Sr. Juan Carlos Morales
Sola: He leído su artículo:
"Que le pasa a la
Presidente". Como usted bien deja traducir, un paulatino
cambio en los hábitos, las costumbres y la personalidad de la presidente
preocupan a propios, a opositores y a ciudadanos comunes. Ha venido a mi memoria el
personaje de Hermann en el relato de Alexander Pushkin: "La Dama de Pique" (1890).
Pushkin crea a Hermann a semejanza de Napoleón, hecho que nos es revelado por
el mismo escritor en un pasaje del drama. Después de todo, el napoleonismo, esa
sed ardiente de éxito, era un fenómeno bastante típico en la época del
destacado novelista. Esta idea de un Napoleón que arroja a sus pies los
conceptos de la moral, la encontramos mas adelante encarnada en Raskolnikov,
héroe de "Crimen y Castigo" de Dostoievsky. Encuadrándolo dentro del
contexto de la ciencia, creemos que en Hermann se produce una aceleración de
todo el tiempo individual, y un estado de ánimo elevado al escuchar el relato
referente al secreto de la condesa detentadora del destino –reacción maniaca o
manía-. Su verborragia es una fuga del pensamiento. Tiene además ideas
delirantes de grandeza ("He aquí con lo que triplicaré, centuplicaré mi
capital" y luego: "... y soñó con cartas, con mesas de tapetes
verdes, con fajos de billetes y pilas de monedas"). Hermann desarrolla
irritabilidad y rabia cuando se le rehúsan sus demandas. Las principales características de la manía son: .Exaltación del estado de ánimo. .Aumento de las actividades orientadas hacia metas, delirios de grandeza, creencias falsas en habilidades especiales. Los pacientes suelen enojarse frente a la contradicción y piensan que el mundo esta en su contra. .Ideas fugaces o pensamiento acelerado. .Enfadarse por cualquier motivo. .Autoestima alta. .Agitación. .Verborrea (hablar más de lo usual o tener la necesidad de continuar hablando). .Inquietud excesiva. .Bajo control del temperamento. .Patrón de comportamiento irresponsable. .Hostilidad. .Aumento en la actividad dirigida al plano social. .Creencias falsas
(delirios). Llaman la atención algunas
de las características que Hermann, el personaje de Pushkin, comparte con nuestra
primera mandataria. Usted señala que "la presidente ha hecho de la Argentina el centro del
mundo y convirtió al mundo en un despreciable vecindario", es decir,
piensa que el mundo esta siempre en su contra y actúa en consecuencia. Tres
cadenas nacionales de televisión y radio, en apenas cuatro días, traducen una
exaltación del estado de ánimo, una verborrea y un aumento de las actividades
orientadas hacia metas que, en los últimos monólogos, han tendido al
destronamiento de un eventual competidor. Se muestra hostil y agravia
en su hablar mas de lo usual. La alusión al ministro de economía de España, al
calificarlo como "el pelado ese que apunta con el dedo", revela bajo
control temperamental, irresponsabilidad en su patrón de comportamiento y nulas
reglas de urbanidad que rayan la discriminación y la chabacanería. La presidente
se enoja y enfada porque cree decididamente en lo que ella manifiesta
(creencias falsas, de vivir en un paraíso con inflación desbordante y en un
edén con severo déficit fiscal que va a llegar este año a $ 55.000 millones,
porque se sigue gastando más de lo que se recauda, frente a un déficit que ya
había superado los $ 30.000 millones en 2011, según datos oficiales). ¿Está la presidente en
condiciones de gobernar o su personalidad verborreica, fantasiosa y hostil –de
ser corroborada científicamente como alterada–, la limita? ¿Que hacer frente a esto
último? Mientras tanto seguirá el
pensamiento acelerado, la logorrea, el enfrentamiento y la construcción
engañosa de una falsa realidad, en el contexto de un país que se paraliza y
desvanece. Lo felicito por su artículo. Juan Carlos Fustinoni |