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Emboscada a Scioli
Por Alfredo Leuco - 12 de Julio, 2012, 16:19, Categoría: Opinión
Daniel Scioli cayó en la emboscada que le tendió la
presidente de la Nación. El gobernador fue confiado, con la guardia
baja al acto y recibió varios cachetazos políticamente muy duros. Se trata de
la continuidad, a paso redoblado y tambor batiente del operativo para destituir
a Scioli. Parece mentira que estemos hablando tan campantes de algo tan grave
desde el punto de vista institucional pero es lo que está pasando. La presidente
en su rencor y fanatismo no tiene límites. Tiene
el coraje y la irresponsabilidad de embestir contra quien hace muy poco fue re electo
con más de cuatro millones y medio de votos. Se equivocan los que creen que se
trata de un enojo circunstancial, una bronca de Cristina Fernández que ya se le
va a pasar. Incluso, algunos ilusos, creen que esto es en represalia porque
Scioli confesó tímidamente sus deseos de presentarse como candidato a
presidente en el 2015, “siempre y cuando” Cristina no lo hiciera. No
es cierto que ese prematuro anuncio haya desatado esta tormenta perfecta sobre
la cabeza del gobernador. Esto viene de mucho antes. Fue y es rigurosamente
planificado. Por
algo la presidente obligó a Scioli a llevar a Gabriel Mariotto como compañero
de fórmula. Necesitaba un comisario político que lo vigilara de cerca, que le
respirara la nuca y que ante el menor tropezón estuviera listo para ponerse al
frente de la provincia. Por algo la presidente eligió personalmente los
diputados y senadores de Buenos Aires. Para que la legislatura respondiera
directamente a la Casa
Rosada como está ocurriendo ahora. Pero podemos ir más atrás.
El
matrimonio Kirchner utilizó siempre a Daniel Scioli. Nunca lo quisieron. Lo
soportaron y lo usaron sólo por necesidad que como sabe tiene la cara de
hereje. Es que siempre las encuestas lo mostraron con alto nivel de imagen
positiva y de intención de votos. Scioli al principio le dio a Néstor Kirchner la
popularidad que él no tenía. Era la cara peronista más conocida por los
ciudadanos comunes. Y siempre tuvo un bajísimo nivel de rechazo porque es
alguien que, por naturaleza, dialoga con todo el mundo y no confronta con
nadie. Tanto Néstor Kirchner como Cristina Fernández siempre despreciaron a
Scioli. Pero
como no comen vidrio y son astutos, apelaron a él por conveniencia en varias
ocasiones claves. Para llevarlo como vicepresidente en la fórmula. Para
obligarlo a ser gobernador cuando él ya tenía todo listo para presentarse a ser
candidato a jefe de gobierno de la ciudad. Para integrar ese mamarracho que
fueron las listas testimoniales y para presidir el Partido Peronista y ponerle
un candado con siete llaves. Todos
los funcionarios que acompañaron en estos años a Néstor Kirchner y Cristina
Fernández saben que ellos estaban convencidos de que Scioli era un pobre
muchacho sin ideología, un invento de Carlos Menem que le cae simpático a la
gente pero que no tiene la historia setentista y combativa que los Kirchner se
auto adjudican y que encima, el gobernador es el candidato de las corporaciones
y los medios hegemónicos. Eso
piensa Cristina Kirchner ahora y eso pensó siempre. Sólo que no le convenía
decirlo porque lo necesitaban como socio del modelo. Pero hoy lo han convertido
en el enemigo principal. Es peor que Clarín y que Moyano, porque es el único
que puede ser presidente además de Cristina Fernández. Y lo detestan porque no
pueden entender como alguien que ama a Pimpinella y no sabe quién es
Quilapayun, tenga mayor intención de voto e imagen positiva que la presidente
que se ve a sí misma como una mezcla mejorada de Eva Perón y La Pasionaria. Néstor
Kirchner lo castigó duro al poco tiempo de gobernar. Para que aprenda, decía. Le vaciaron de
dirigentes la Secretaría
de Turismo, que fue el único lugar donde le había dejado mojar el pancito a Scioli.
Después, fue Ella, la que lo retó públicamente en el Senado de la Nación. Algo parecido
a lo que hizo ayer. Lo acusó de hacer operaciones de prensa. Más adelante, otra
vez Néstor Kirchner, desde las tribunas le reclamó a los gritos a Scioli para
que dijera quien le estaba atando las manos a la hora de combatir la
inseguridad. Y finalmente Cristina que planificó y conduce un plan riguroso
para cortarle la cabeza a Daniel Scioli. ¿Qué
pretende la presidente poniendo en riesgo de estallido a la provincia de Buenos
Aires, tan cerca de la Plaza
de Mayo? Muy simple. Todo se solucionaría como por arte de magia si Daniel
Scioli anuncia que renuncia a su sueño de ser presidente. Es lo único que
calmaría el odio de Cristina Fernández. Es
lo único que frenaría la jauría K que se lanzó sobre la yugular del
gobernador.¿ Se bajará de esa candidatura o la mantendrá con firmeza? Falta
poco para que veamos al verdadero Daniel Scioli. La pelota de la historia está
picando frente al arco. ¿La pateará afuera o convertirá un golazo en contra? Veremos,
el partido recién comienza. Por Alfredo Leuco |