Según Aristóteles el hombre es poseedor de una necesidad natural de conocimiento; es decir que, por naturaleza, necesita saber. Es por ese motivo que solemos sentir malestar frente a lo incognoscible, frente a lo oscuro, a la duda. Quizás sea el mito la forma más primitiva que tenemos de explicar –a través de la narración- lo inexplicable, el recurso más accesible para calmar nuestra angustia existencial: "¿dónde vamos cuando morimos?", se habrá preguntado el hombre a lo largo de toda su historia sin encontrar una respuesta certera, recurriendo, por tanto, constantemente al mito. ...- Leer artículo completo