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Emigrantes
Por Teresita del Niño Jesús García Ahued - 11 de Febrero, 2007, 20:55, Categoría: Opinión
En algunas familias, las historias sobre emigrantes, están cargadas de dosis de recuerdos que dichos hombres y mujeres, que dejan su tierra en busca de algo mejor, transmiten como herencia a sus descendientes. No quisiera escribir y escribir mensajes que terminan siendo siempre algo personal, pero en ciertos temas, tengo una necesidad de poder hablarlo con alguien.
La emigración, siempre será dolorosa aunque se hayan alcanzado progresos. Cantidades impresionantes de emigrantes mueren lejos de su tierra, y algunos menos afortunados, nunca logran volver por alguna temporada tan solo a ese pedazo de corazón que se había quedado a la espera de verles de nuevo.
Madres y padres que veían a sus hijos partir..., esposas que tuvieron que agitar sus manos llenas de dolor cuando los barcos se alejaban de los puertos... . En el caso de los emigrantes gallegos, que es de lo que yo puedo opinar, las tradiciones y costumbres permanecen, y son esos hombres fuertes que un día pisaron tierras americanas, los que años más tarde, enseñan a sus nietos a bailar la jota, a comer filloas con vino tinto..., a cortar las lonjas de jamón serrano y pan..., a tenderse en una mantita sobre el campo y a cortar flores frescas... . Son esos emigrantes que cantan en su idioma y hacen corear a su familia estrofas de canciones que no olvidan..., aquellos que cuentan la oscuridad de la noche, el frío de los inviernos y el hambre en el cuerpo, cuando las manos estaban fuertes..., pero no había remedios... . Aquellos que siguen comiendo potajes invernales en pleno calor sureño, tan solo porque el sabor de esos caldos les recuerde a sus madres y abuelas. . Y son esos hombres y mujeres que nos dejan huellas en el alma, porque somos los nietos los que los gozamos, pues han trabajado lo suficiente y nos entregan el tiempo que no podían en su momento dar a sus propios hijos. . Esos abuelos y abuelas que cuentan historias, que hacen guisos que nadie puede cocinar nunca de la misma forma. Son esos tintos y blancos que con ellos saben a néctar... . Son ellos que nos pasan todo, nos consiguen todo, hasta poder brindar con un poco de sidra por las navidades, aunque se tengan 7 años..., y son esos pedazos de pan, remojados en vino tinto, lo que nos confirma que se lleva en la sangre la misma fuerza. . Somos los nietos los que los amamos con más fuerza, porque la herencia no es ese árbol frondoso que da tanta sombra, no son esas piedras que se elevan en edificios, casas y comercios por los que lloraron y sudaron...; su herencia es aquella que hace que se te erice la piel y llores cuando escuchas canciones o música que ellos amaban. La herencia, son esos aromas, sabores y sonidos, que nos recuerdan nuestros días maravillosos en "casa de los abuelos". . Mi abuelo me llevaba al centro de la ciudad a comprar caramelos. Era una tienda donde se exhibían toda clase de chocolates, galletas y dulces de variadas formas, en unas vitroleras inclinadas con tapa metálica. Todavía recuerdo aquellas bolsitas de papel que eran llenadas con un cucharón cargado de golosinas. . Y es por infinitos recuerdos que quise escribir este mensaje, porque dentro de estos comentarios personales, habrá siempre emigrantes, no solo gallegos, sino de todas partes del mundo a los que debemos honrar, porque lo que somos hoy esos nietos de cada uno, se lo debemos no solo a su sangre, sino a ese miedo superado cuando atravesando los mares, llegan a tierras desconocidas y, a pesar de convertirse luego en su nueva tierra, mueren sin volver nunca a la que los vio nacer. . Teresita del Niño Jesús García Ahued D, 11 de febrero de 2007 |