Los que ocupan las plazas, convirtiéndolas en basurales sin eximir siquiera a la augusta Plaza de Mayo; los que cortan las calles y las rutas, incomunicando a millones de pacíficos transeúntes; los que paralizan el principal hospital pediátrico del país, con riesgo para la salud de miles de niños, necesitan justificarse de algún modo. ...- Leer artículo completo